Una de las oportunidades que ofrece la simulación cloud es la posibilidad de realizar formaciones en el simulador de manera deslocalizada. José Enrique Barranco, instructor de operación de ciclos combinados desde hace 13 años, que ha sido pionero en esta modalidad de entrenamiento dentro de Tecnatom, nos cuenta su experiencia y los beneficios que esta posibilidad puede suponer.
¿Cómo ha surgido la oportunidad de realizar la primera formación en remoto?
El simulador de ciclo combinado ha sido una herramienta muy utilizada desde que, a finales de 2014, Tecnatom terminara su desarrollo. Habíamos impartido más de 130 cursos hasta que llegó la pandemia. En este periodo, por temas de confinamiento, se tuvieron que cancelar varios cursos. Después de instalar y probar el simulador en la nube, contactamos con las plantas y les hicimos una demostración de esta nueva modalidad. Tenían necesidad de seguir formando a sus operadores, pero estaban en varios emplazamientos distintos, con las dificultades económicas y logísticas que eso planteaba. Además, era un momento en el que el número de casos de COVID, y de confinamientos, era enorme, por lo que movilizar y planificar un curso con antelación se hacía muy complicado. Finalmente se optó por la impartición de cursos en remoto por la flexibilidad que esta modalidad ofrecía en un periodo de tan alta incertidumbre.
¿Cuál es tu valoración, como instructor, de estas primeras experiencias?
Como todo lo nuevo, cuesta un poco adaptarse porque es una manera distinta de impartir las clases, y más en un curso tan práctico como estos, en los que hay mucha interacción entre los alumnos, el instructor y las interfaces de operación del simulador. Pero poco a poco me he ido encontrando cada vez más cómodo Y, por supuesto, para mí ha tenido otras grandes ventajas en lo personal como no tener que hacer las maletas que tantas veces he tenido que hacer con los cursos presenciales en planta.
Y, de cara a los clientes, ¿cómo valoran esta modalidad?
Lo han valorado de forma muy positiva. Hasta hace poco, poder recibir estos cursos de simulador desde 3 emplazamientos distintos era impensable. Poder manejar el simulador en remoto, incluso desde sus casas, con sus equipos personales, es un avance muy significativo. Además, como ocurre también en los cursos presenciales, los alumnos aprenden mucho y rápido, teniendo una gran evolución y mejora en algo que les influye muy directamente en su trabajo, por lo que son cursos bastante bien valorados, también en esta modalidad en remoto.
Si a esto se le añade la optimización de costes asociadas al desplazamiento no sólo de los operadores, sino de los instructores, esta modalidad se hace muy potente para equipos deslocalizados o para formar a operadores a nivel internacional.
¿Crees que es un formato que ha llegado para quedarse?
Sí, las ventajas económicas y de flexibilidad hacen que, sin duda, sea un formato que ha llegado para quedarse. No quiero decir con esto que se vaya a dejar de dar cursos presenciales con el simulador, pero estoy seguro de que convivirán ambas modalidades y que, según el caso, los clientes elegirán un formato u otro. Adicionalmente, la posibilidad de ofrecer una explotación remota del simulador nos permitirá llegar más lejos de forma competitiva y eficaz.