La sociedad actual está inmersa en la llamada transformación digital, que, desde hace unos años, está cambiando las reglas del juego en todos los ámbitos. Las relaciones humanas, los negocios, la educación o la economía, por poner algunos ejemplos, se parecen poco a cómo eran hace unos años. Y continúan transformándose día a día. Estamos una época de cambios generalmente muy transgresores, en la que continuamente surgen nuevas ideas y nuevas formas de hacer las cosas. Tanto estas nuevas tendencias como conceptos más maduros se desarrollan a velocidades sin precedentes. Buenos ejemplos son el Internet de las Cosas (IoT), la inteligencia artificial, el coche autónomo o las ciudades inteligentes. Toda esta revolución está marcada por un denominador común: la digitalización.
La infraestructura tecnológica (redes, capacidad de procesamiento) ha evolucionado al mismo ritmo para permitir esa transformación digital. Ya no sólo las personas se conectan a internet (en un régimen de 24/7/365), sino que las máquinas (electrodomésticos, televisores, relojes, automóviles, etc.) generan y consumen cantidades ingentes de datos. La Red ha crecido para que todo esté interconectado.
El crecimiento de las amenazas
En este contexto, digital e hiperconectado, la ciberseguridad ha cobrado una relevancia muy importante, que no hará sino crecer en el futuro. Y es que el número y complejidad de las amenazas cibernéticas crece significativamente cada año. Y no sólo eso, también aumenta el número y tipo de sistemas que se ven afectados por estas amenazas. Esto es debido a que la digitalización ha sido impulsora (y a su vez, se ha beneficiado) de un proceso de estandarización o normalización de tecnologías, que ha hecho que multitud de sistemas compartan la misma base tecnológica.
Sin embargo, compartir la base tecnológica implica compartir las amenazas. Cuando antaño sólo los sistemas puramente informáticos eran los objetivos de los ataques, hoy día cualquier dispositivo digital está expuesto a ellos y cualquier empresa tiene el riesgo de sufrir una filtración de datos protegidos por ley (LOPD, RGPD), por ejemplo, que ponga en riesgo la imagen corporativa e incluso la continuidad del negocio. Por tanto, ninguna compañía puede ser ajena a esta situación y debería tomar medidas para mitigar el riesgo cibernético que afecta a sus infraestructuras, productos y servicios.
La ciberseguridad en Tecnatom
Tecnatom cuenta con un Sistema de Gestión de la Seguridad de la Información para proteger toda la infraestructura de soporte al negocio (almacenamiento, comunicaciones, plataformas de gestión de RRHH, etc.), siguiendo la norma de-facto en esta materia (ISO 27000).
En las direcciones de negocio, Tecnatom dispone de un Plan de Ciberseguridad para sus actividades que refuerza aún más la aplicación de medidas de ciberseguridad en todo el ciclo de vida de sus soluciones digitales, a la vez que intensifica la concienciación en seguridad lógica de todos los empleados. Todo esto determina el compromiso de la compañía respecto a la ciberseguridad como otro de los pilares fundamentales en los que se asientan nuestras prácticas.