Un simulador Glass-Top es un tipo de simulador en el que, por definición, la interacción hombre-máquina entre el operador y la planta simulada se realiza a través de un tablero de cristal con capacidad táctil.
Bajo la superficie táctil, un conjunto de monitores muestra la interfaz de operación que deseamos, al mismo tiempo que los ordenadores que los gobiernan manejan los códigos de simulación. En caso de que sea necesario, el operador puede navegar por la toda la interfaz de operación, de una manera intuitiva.
Una idea sencilla que aporta numerosas ventajas al entorno de simulación, entre ellas:
Flexibilidad
A diferencia de un simulador tradicional, cambiar el diseño de los paneles o la dinámica de simulación se convierte en un proceso fácil y sencillo.
Esto otorga al usuario la oportunidad de modificar, sobre la marcha, desde la consola del instructor o remotamente, un tipo de instrumento, un parámetro de la simulación, o la escala de un indicador analógico, entre otros.
Frente a la rigidez de un simulador tradicional, las posibilidades de probar, experimentar, verificar y validar aumentan exponencialmente por su sencillez y la reducción de tiempo en ejecutar dichos procesos. Por ejemplo, mediante ingeniería de factores humanos podemos validar diferentes diseños para reducir el riesgo de error humano en la operación.
Modularidad
Los simuladores Glass-Top son modulares, se pueden dimensionar tanto para ocupar una pequeña habitación como para ocupar una dimensión similar a una sala de control principal.
Esto se consigue con un diseño en módulos que permite añadir o quitar tantos como se desee. Todo ello, manteniendo, en todos los casos, la interfaz completa de los paneles.
Ahorro de costes
Gracias a su modularidad, este tipo de simuladores pueden ser montados, desmontados y trasladados a otra ubicación de una forma simple, ahorrando cuantiosos costes de logística y transporte.
Cualquier interfaz en fase de diseño inicial, o cualquier modificación futura, van a poder ser probadas antes en el simulador Glass-Top, reduciendo así cualquier riesgo y alineando al operador final con la solución encontrada. Esta sencillez, contribuye a reducir el coste global de cualquier proyecto.
Adicionalmente, estos simuladores permiten disminuir el uso de los simuladores de alcance total que suelen tener un alto grado de ocupación.
Entrenamiento multidisciplinar
Un simulador Glass-Top se puede enfocar al entrenamiento de cualquier disciplina relacionada con la operación de una forma mucho más sencilla. En este tipo de simuladores se puede entrenar desde Operación General o de Emergencias, situaciones que pueden afectar a la seguridad de la planta, hasta mantenimiento o calibración de equipos individuales.
Futuro Sostenible
Los simuladores Glass-Top son el futuro de los entornos de simulación porque:
- Son fáciles de mantener, con costes reducidos de instrumentación y cableado
- Son flexibles y modulares, ideales para entrenamiento y diseño
- Se pueden localizar, sin ocupar grandes superficies, tanto en planta como en centros integrales de entrenamiento
- Su coste es reducido respecto a un simulador clásico
- Las condiciones de operación son más realistas que en un simulador totalmente virtual
- Son adaptables a todo tipo de entornos de simulación: Aeronáutica, Generación Eléctrica, Industrial, Tráfico. Siendo radicalmente interesante para prototipos de plantas de nueva generación, como los reactores nucleares modulares (SMRs)